
Devolver a la sociedad todo lo que Dios nos ha dado. Así entiende María Piedrola, fundadora, junto a su amiga Patricia, de la Asociación «Los Ángeles de Kenia» su labor en esta fundación. Con espíritu joven y cristiano se vuelcan ayudando en África por iniciativa propia.
María Piedrola es profesora en un colegio de Madrid. Pero su vida cambió por completo hace unos años. Después de hacer varios voluntariados en África con la universidad, se quedó impactada por esa experiencia.
Tanto es así, que después de recaudar muchísimo dinero entre familiares y amigos decidió montar su propia asociación de ayuda. Lo hizo junto a su amiga Patricia, está basada en los valores cristianos que han recibido en su familia y recibe el nombre de ‘Los Ángeles de Kenia’
María, ¿Cómo surge todo?, ¿Cuándo te pica el gusanillo de África?
Pues fue a raíz de un voluntariado que organizaban en la universidad. Todos los veranos había la opción de ir a África para ayudar y a nosotras nos tocó Kenia. La verdad es que fue una experiencia increíble… nos volcábamos en colegios, en orfanatos, en hospitales y ayudábamos a los mayores.
Volvimos encantadas y nos quedamos tan impactadas que decidimos volver todos los años de la carrera.
¿Y cuándo decides pasar a la acción?
Pues después de volver de Nairobi en el último voluntariado. Había un orfanato con 50 niños muy pequeños, de los que solo se ocupaban cinco señoras. No tenían prácticamente nada y nosotros nos dedicábamos a repartir biberones, cambiar pañales, y hacer de madre en muchos casos, nos reíamos y les dábamos mucho cariño que era lo que más necesitaban.
El caso es que al volver a España, nosotros seguíamos con ese orfanato en la cabeza, así que empezamos a recaudar dinero entre nuestros familiares y amigos para ayudarles. La respuesta fue tan buena que había dos opciones: o pasarle el dinero a una ONG que lo gestionase, o ponernos nosotros manos a la obra.
Hicimos lo segundo, nos remangamos, nos liamos y empezamos a diseñar la forma de ayudar nosotras mismas. Así fundamos ‘Los Ángeles de Kenia’.

¿A qué se dedica ahora los Ángeles de Kenia?
Pues seguimos actuando en Nairobi. Desde pintar casas, construir aulas, comprar camas, dar clases a los niños, dar sesiones de higiene a las señoras, un poco de todo.
Nosotras lo coordinamos desde aquí y volvemos a Kenia cada verano. El impulso en redes sociales del movimiento fue tan importante que la ayuda se extendió mucho más. Había mucha gente que nos preguntaba cómo colaborar con nosotras.
¿Dónde está Dios en todo esto?
Pues Dios ha estado en todo momento. Nosotras somos las dos católicas practicantes, venimos de familias muy católicas que siempre nos han dejado claro que el Señor era lo más importante. Estamos convencidas de que tenemos que devolver todo lo que Dios nos ha dado, todo lo que somos es por él… así que nuestra ayuda en África es una forma de devolver a la sociedad todo eso que Dios nos ha regalado.
¿África te acerca a Dios?
Sin duda. En África hemos visto a Dios en todo momento, yo siempre digo que se le ve incluso más fácilmente que en España. Lo notas en todo, también en su gente. Allí son felices sin tener nada, pero también lo sientes en la naturaleza, en la providencia…
El voluntariado siempre te acerca al Señor, porque al darte a los demás, al salir de ti mismo, estás mucho más cerca de Jesús.
Supongo que a la gente le impresionará vuestra historia, no sois el prototipo de misioneras o cooperantes en África…
Es verdad que a la gente le impresiona. Porque además las dos somos muy jóvenes, modernas, con nuestra carrera y nuestros amigos. Siempre decimos que somos muy fiesteras. A muchas personas les choca ver a dos chicas jóvenes que se toman en serio su fe, que son católicas practicantes, pero que a la vez se lo pasan bien y montan una asociación para ayudar en África.
Y creo que es importante trasladar este mensaje, porque los cristianos no somos aburridos. Se puede ser joven, moderna, divertida y católica. Nosotras disfrutamos muchísimo tomándonos en serio nuestra fe.
25/05/2022