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Semana Santa en tiempos de coronavirus: Oración y solidaridad
Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén.
La Iglesia celebra la Semana Santa. Conmemora los acontecimientos de la pasión, muerte, sepultura y resurrección de Cristo, que constituyen el misterio pascual, el centro de la vida del Señor.
Este año la pandemia del coronavirus nos hará vivir la Semana Santa confinados. Pero el papa Francisco, nuestros obispos y sacerdotes llevarán a nuestras casas las celebraciones litúrgicas, a través de las redes sociales y la televisión. Además, la Conferencia Episcopal Española ofrece una publicación que permitirá la participación espiritual de los fieles en la celebración de los días centrales del año litúrgico, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección.
La participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa es posible.
Este año, la Iglesia nos invita de una manera especial a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados por la crisis del coronavirus.
La celebración del Día del Amor Fraterno, en el día de Jueves Santo, es un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor.
“La fraternidad alumbra la esperanza”, lema para el Jueves Santo
En este especial sobre Semana Santa ofrecemos información y algunos materiales para ayudar a vivir la Semana Santa.
Esta noche tengo la oportunidad de entrar en vuestras casas de una manera diferente a la habitual. Si me lo permitís, me gustaría hablar con vosotros unos momentos en este período de dificultad y de sufrimientos. Os imagino en medio de vuestras familias, mientras vivís una vida inusual para evitar el contagio. Pienso en la vivacidad de los niños y los jóvenes, que no pueden salir, ir a la escuela, hacer su vida. Llevo en mi corazón a todas las familias, especialmente a las que tienen algún ser querido enfermo o a las que desgraciadamente están de luto por el coronavirus u otras causas. En estos días pienso a menudo en las personas solas para las que es más difícil afrontar estos momentos. Sobre todo pienso en los ancianos, a los que quiero tanto. No puedo olvidar a los que están enfermos a causa del coronavirus, a las personas ingresadas en los hospitales. Tengo presente la generosidad de los que se exponen al peligro para curar esta pandemia o para garantizar los servicios esenciales a la sociedad. ¡Cuántos héroes, de todos los días, a todas las horas!También recuerdo a los que pasan apuros económicos y están preocupados por el trabajo y el futuro. Pienso además en los presos en las cárceles, a cuyo dolor se suma el miedo a la epidemia, por ellos y por sus seres queridos, pienso en los que carecen de domicilio, que no tienen un hogar que los proteja. Es un momento difícil para todos. Para muchos, muy difícil. El Papa lo sabe y, con estas palabras, quiere expresar a todos su cercanía y su afecto. Intentemos, si podemos, aprovechar este tiempo lo mejor posible: seamos generosos; ayudemos a quien lo necesita en nuestro entorno; busquemos, a lo mejor por teléfono o en las redes sociales, a las personas que están más solas; recemos al Señor por los que pasan por esta prueba en Italia y en el mundo. Aunque estemos aislados, el pensamiento y el espíritu pueden llegar lejos con la creatividad del amor. Es lo que hace falta hoy: la creatividad del amor. Celebramos la Semana Santa de una manera verdaderamente inusual, que manifiesta y resume el mensaje del Evangelio, el del amor ilimitado de Dios. Y en el silencio de nuestras ciudades, resonará el Evangelio de Pascua. Dice el apóstol Pablo: «Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos» (2 Cor 5, 15). En Jesús resucitado, la vida ha vencido a la muerte. Esta fe pascual alimenta nuestra esperanza. Me gustaría compartirla con vosotros esta noche. Es la esperanza de un tiempo mejor, en el que también nosotros podamos ser mejores, finalmente liberados del mal y de esta pandemia. Es una esperanza: la esperanza no defrauda; no es una ilusión, es una esperanza. Los unos al lado de los otros, en el amor y la paciencia, podemos preparar en estos días un tiempo mejor. Gracias por dejarme entrar en vuestras casas. Tened un gesto de ternura con los que sufren, con los niños, con los ancianos. Decidles que el Papa está cerca y reza para que el Señor nos libre pronto del mal a todos. Y vosotros, rezad por mí ¡Buena cena , hasta pronto!
Celebraciones presididas por el Santo Padre
El Santo Padre celebrará los ritos de la Semana Santa en el Altar de la Cátedra, en la basílica de San Pedro, de acuerdo con el siguiente calendario y sin la participación del pueblo. Serán retransmitidos en directo por TRECE y la 2 de TVE.
El coronavirus no impide a la Iglesia en España vivir la Semana Santa y acompañar a Jesucristo en su pasión, muerte en la Cruz y resurrección.
La Conferencia Episcopal Española, a través de su editorial Libros Litúrgicos, ha elaborado una publicación que permitirá la participación espiritual de los fieles en la celebración de los días centrales del año litúrgico, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección. El material, preparado por el Secretariado de la Comisión Episcopal de la Liturgia, se puede descargar en este link.
La guía ‘Semana Santa A.D. 2020 en las Iglesias domésticas’ se estructura en dos bloques. El primero incluye las horas más importantes del Oficio Divino para cada día (Oficio de Lectura, Laudes y Vísperas) y las lecturas de la Palabra de Dios de las celebraciones de la Semana Santa. Y el segundo apartado, ejercicios tradicionales de la piedad popular, como el Via crucis el Viernes Santo o el Via lucis el Domingo de Pascua, y otras celebraciones sencillas que un adulto puede dirigir en casa para el resto de la familia.
De esta manera, la Iglesia apuesta por la tecnología digital para tratar de ofrecer respuestas pastorales en momentos difíciles. Al comienzo del documento, se incluye un índice interactivo que permite saltar directamente a la página de la oración que buscamos. De igual modo, con un solo clic es posible regresar al índice al terminar cualquiera de los rezos.
No obstante, los usuarios que lo prefieran pueden imprimirse la guía y utilizarla en formato papel tradicional.
En pleno impacto sanitario y social de la pandemia del coronavirus, que está causando una grave precariedad social y un intenso sufrimiento en tantas familias de nuestro país, la Iglesia española, a través de Cáritas, la Conferencia Episcopal y los medios de comunicación Cope, TRECE y Ecclesia invitan a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados.
La celebración del Día del Amor Fraterno en el día de Jueves Santo es un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor.
La fraternidad alumbra la esperanza
Hay formas concretas de expresar esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus.
Una de ellas es el gesto que Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen para el día de Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”. Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.
Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos.
Apoyo económico a las personas más vulnerables
Otro gesto a través del cual es posible expresar en el Día del Amor Fraterno esa cercanía solidaria con los afectados ante el impacto del coronavirus es canalizar ese compromiso a través del apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta” lanzada por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.
Son innumerables las iniciativas solidarias que todas las 70 Cáritas Diocesanas de España y cada una de las Diócesis están desarrollando, bajo el lema “La Caridad No Cierra” para acompañar las necesidades básicas de quienes se encuentran en condiciones de mayor precariedad, como son, entre otros, las personas sin hogar, los mayores o las familias con escasos recursos.
Los efectos del Covid-19 en las condiciones económicas y sociales del país están siendo muy intensos y todo indica que, debido a la crisis de empleo en ciernes y la falta de ingresos a la que ya se enfrentan cientos de miles de familias, las demandas de apoyo urgente van a multiplicarse. En ese escenario, los esfuerzos de acompañamiento de Cáritas estarán, como en ocasiones recientes, allí donde las necesidades de las personas más frágiles sean mayores.
Hacer memoria para amar sirviendo
Cada Jueves Santo, la Iglesia hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio.
No hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir, si no se está dispuesto a despojarse de todo aquello que estorba, sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita.
En este Día del Amor Fraterno de 2020, cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia.
Algunas actitudes para vivir la fraternidad
Dentro de la llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir este año la jornada del Amor Fraterno potenciando el valor de la acogida, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivir el amor fraternal:
Mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento.
Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro.
Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos.
Compasión. Sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.
Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones.
Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante.
Acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.
Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren.
Esperanza, la que viene de Cristo resucitado, que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría.
Con objeto de acompañar el encendido de una vela en el momento de compartir la cena, Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen una oración-bendición:
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos; que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza. AMEN.
III.Programación especial TRECE, COPE y COPE.es
Programación especial de COPE y COPE.es para esta Semana Santa.
JUEVES SANTO
La programación especial de COPE para esta Semana Santa comienza el Jueves Santo a las 17.00. A esa hora, el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, explicará a los oyentes de COPE cómo afrontar un tiempo litúrgico tan extraordinario en casa. Será en un formato entrevista a cargo de la directora de Contenidos Religiosos de Trece, Irene Pozo. Una hora más tarde, a las 18.00 horas, podrá seguirse en directo por COPE y COPE.es la Santa Misa de la Cena del Señor desde la catedral de Toledo.
Ese mismo día, COPE.es ha preparado un gran programa de doce horas de emisión ininterrumpida en directo, para acompañar a Jesús en su camino a la Cruz y a todas las familias aisladas en sus casas.
Denominado «Unidos en COPE», comenzará a mediodía del jueves, a las 12.00 horas, y se trata de un formato inédito en emisión digital, un reto de doce horas de emisión, a lo largo de los cuales intervendrán más de cien personajes unidos por su fe en Dios, por su confianza en que la humanidad saldrá del desafío en el que se encuentra y por su deseo de compartir su tiempo con los ciudadanos confinados. Religiosos, artistas, voluntarios, políticos, deportistas, comunicadores… todo tipo de perfiles participarán de un maratón digital con fines benéficos.
Coincidiendo con el día en que la Iglesia celebra el Amor Fraterno, «Unidos en COPE» recaudará fondos para Cáritas y mostrará algunos de los muchos proyectos que esta organización impulsa estos días para atender la emergencia social derivada del coronavirus. La audiencia podrá hacer sus donativos a través de sms, online o mediante llamada telefónica y ser protagonista de una sociedad que no olvida el amor de Cristo ni su sacrifico en estos momentos de turbación.
A las 21.00 horas, y conmemorando la Última Cena de Jesús, el programa invitará a participar de una oración en comunidad promovida por Cáritas para rogar unidos por la superación de la crisis sanitaria. La llamada a la solidaridad será un eje fundamental de un programa que animará a los fieles a vivir el Jueves Santo en un estado de oración y reflexión interior que ayuden al encuentro con Dios y con uno mismo. Aunque la emisión completa podrá seguirse por COPE.es, a lo largo de las doce horas de duración se realizarán sucesivas conexiones con TRECE y, de 23.00 a 24.00 horas, podrá seguirse en antena por COPE.
VIERNES SANTO
En esta ocasión, “la noche luminosa”, la madrugada del Jueves al Viernes Santo, se transforma en COPE y COPE.es en una Vigilia de oración, reflexión y marchas procesionales. La madrugada concluirá el Viernes Santo, a las 7.00 con la emisión del Via crucis de Penitencia desde Ávila.
De 10.00 a 12.00, Carlos Herrera invita a la audiencia a realizar un viaje por las marchas procesionales de toda España. El programa especial se volverá a emitir en la medianoche del sábado al domingo. También está disponible como podcast en COPE.es.
Tras los “Sonidos de Semana Santa”, en el mediodía del Viernes Santo se emitirá el “Sermón de las Siete Palabras” desde Valladolid. Este año, a cargo de José Manuel Sánchez Caro, ex rector de la Universidad Pontificia de Salamanca.
A las 18.00 la antena de COPE se traslada a la catedral de Toledo para vivir la “Celebración de la Pasión”. Además, los oyentes podrán seguir a partir de las 23.00, el estreno de la ficción sonora «Susurros de muerte y resurrección», una dramatización en la que se relata las horas previas de Jesús hasta la Cruz.
A partir de las 21.00 COPE conectará en directo con el Vaticano para ofrecer el Via crucis del Papa Francisco, con los comentarios de José Luis Restán, director Editorial de la emisora y la corresponsal en la Santa Sede, Eva Fernández. Un Via crucis que, en esta ocasión, no recorrerá como es habitual el Coliseo de Roma, sino el atrio de la basílica de San Pedro.
SÁBADO SANTO Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Al mediodía del Domingo de Resurrección, COPE volverá a conectar con Roma para recibir la Felicitación Pascual y la bendición Urbi el Orbi del papa Francisco
SOLO EN COPE.es
La oferta de COPE para la Semana Santa se completa con un amplio catálogo de contenidos especiales disponibles online, para uso a demanda en COPE.es. Así, en la web de COPE puede descargarse de manera gratuita la guía para participar en los oficios de la Semana Santa, elaborada por la Conferencia Episcopal Española. También pueden seguirse los Laudes de cada día Santo desde Murcia en podcast, o tomar parte en una oración de penitencia orientada a la preparación de la Semana Santa.
Para el entretenimiento en familia, COPE.es ha preparado tutoriales que enseñan a fabricar un paso en miniatura en casa, o unas torrijas. Y es posible tentar a la suerte en un concurso de fotos para recordar las mejores imágenes de aquellas Semana Santa de culto y celebración en la calle. Los comunicadores de COPE recuerdan sus anécdotas de este tiempo y Adolfo Arjona, revive la Semana Santa más deliciosa de Málaga, cada tarde, a las 16.00 horas.
Programación especial de TRECE para esta Semana Santa.
JUEVES 9 DE ABRIL
07.00 h.- Santa Misa del Papa Francisco desde Santa Marta.
11.00 h.- Meditación desde Córdoba.
12.00 h.- Vigilia Cope.es
12.15 h.- Desembarco de la Legión y traslado del Cristo de la Buena Muerte (Redifusión de 2018).
17.55 h.- Palabra de Vida. El Cardenal Carlos Osoro ofrece breves reflexiones al Evangelio de los días de Semana Santa.
18.00 h.- TRIDUO PASCUAL: Santa Misa de la Cena del Señor desde la Basílica de San Pedro.
19.00 h.- Vigilia Cope.es
19.15 h.- Desfile procesional de Alicante -La Pasión de Elche- (Redifusión).
00.15 h.- Vigilia Cope.es
00.30 h.- La Madrugá -Sevilla- (Redifusión 2019).
VIERNES 10 DE ABRIL
09.00 h.- Desfile procesional de Murcia -Los Salzillos- (Redifusión).
11.00 h.- Meditación desde Córdoba.
12.00 h.- Sermón de las 7 palabras desde Valladolid.
12.45 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA. Espacio de reflexión, oración, acompañamiento espiritual y personal con obispos españoles, sacerdotes, monjas, misioneros y laicos.
13.00 h.- Desfile procesional de Tenerife -La Pasión de Adeje-.
15.00 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA.
17.55 h.- Palabra de Vida. El Cardenal Carlos Osoro ofrece breves reflexiones al Evangelio de los días de Semana Santa.
18.00 h.- TRIDUO PASCUAL: La Pasión del Señor desde la Basílica de San Pedro.
20.45 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA.
21.00 h.- VÍA CRUCIS desde la Plaza de San Pedro.
22.15 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA.
22.30 h.- Procesión General de la Sagrada Pasión -Valladolid- (Redifusión).
01.00 h.- Desfile Procesional. La Pasión y el Santo Entierro -Ávila- (Redifusión).
SÁBADO 11 DE ABRIL
08.00 h.- DOCUMENTAL: El Sudario de Cristo.
08.25 h.- DOCUMENTAL: La Sábana Santa (2010).
11.00 h.- Meditación desde Córdoba.
12.00 h.- Vía Crucis JMJ (2011).
15.20 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA.
17.15 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA.
23.00 h.- TRIDUO PASCUAL: Vigilia de Pascua desde Toledo.
DOMINGO 12 DE ABRIL
10.45 h.- #QUÉDATEENCASA, TRECE TE ACOMPAÑA.
10.55 h.- Palabra de Vida. El Cardenal Carlos Osoro ofrece breves reflexiones al Evangelio de los días de Semana Santa.
11.00 h.- Santa Misa del Domingo de Resurrección desde la Basílica de San Pedro y Bendición Urbi et Orbi.
Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos con indicaciones generales y algunas sugerencias para las próximas fiestas pascuales.
Petición especial para la Liturgia del Viernes Santo
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha publicado un decretoen el que se propone una especial intención para la oración universal en la celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo.
Nota de la Comisión Ejecutiva ante la pandemia, en el Domingo de Ramos
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española ha hecho pública una nota en relación a la situación de alarma que ha provocado la pandemia y con motivo de la celebración de la Semana Santa
Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto.
Oración en silencio.
Dios todopoderoso y eterno, singular protector en la enfermedad humana, mirar compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta pandemia; alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan, acoge en tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
V. Semana Santa: por los caminos de la Pasión y la Gloria
En los preámbulos del Triduo Pascual
El tiempo de cuaresma concluye el Jueves Santo cuando comienza el Santo Triduo Pascual. Sin embargo, los ocho días previos a la Pascua tienen unas connotaciones muy especiales en la vida litúrgica y en la Piedad Popular de la Iglesia. Forman la unidad que llamamos «Semana Santa»; condensando ésta la conclusión de la cuaresma y la celebración de la pascua anual.
Los preámbulos del Triduo Pascual
La Iglesia inicia la Semana Santa con la solemne obertura del «Domingo de Ramos en la Pasión del Señor». Solamente una mirada atenta a su nombre completo nos abre a la comprensión plena del sentido de este día. Durante la Cuaresma hemos contemplado a Cristo que tiene el firme propósito de subir a Jerusalén para cumplir su misión, consciente de que allí llegará la pasión y la glorificación. Pues bien, ha llegado el momento de entrar en la ciudad santa y accede a ella como Rey humilde aclamado por todos. La bendición de ramos, la proclamación del Evangelio y la ulterior procesión forman un conjunto ritual con el que la Iglesia imita aquel acontecimiento. Los creyentes reproducen el estado de euforia que tuvo lugar a las puertas de Jerusalén: «¡Gloria y honor al que viene en el nombre del Señor!». El salmo 23 proyecta su luz sobre el acontecimiento y, al mismo tiempo, adquiere su plena significación cuando es comprendido desde esta entrada triunfal: «¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria».
Sin embargo, los creyentes son conscientes de que aquellos hombres, con el mismo entusiasmo con que gritaban vivas a Dios, días más tarde pedirán su condena; tal y como recuerda el himno a Cristo Rey del canto para la procesión: «Ibas como el sol a un ocaso de gloria; cantaban ya tu muerte al cantar tu victoria». Es ésta una nota bien característica de este domingo: el compuesto de gloria y pasión que, de alguna manera, anticipa lo que después desarrollará el Triduo Pascual. Esto puede verificarse en la proclamación de las lecturas: tercer canto del siervo de Yahveh (Is), himno paulino sobre el abajamiento del Señor (Flp), pasión de nuestro Señor Jesucristo (Mt – Mc – Lc).
Tras el domingo de ramos, los Evangelios de la Misa del Lunes, Martes y Miércoles Santo van mostrando los acontecimientos que gestan y anuncian la pasión: unción en Betania, anuncio de la traición de Judas, preparativos de la cena pascual y cumplimiento de la traición; estos pasajes dan cumplimiento a los cánticos del Siervo de de Yahvé que se proclaman en la primera lectura.
Una celebración especial
La «Misa Crismal», celebrada en la iglesia madre de la Diócesis y presidida por el Obispo, el gran sacerdote de su grey junto con su presbiterio, ministros y fieles laicos, es una celebración bien significativa en el contexto de la Semana Santa. En esta Misa Estacional, de suyo vinculada al Jueves Santo, el Obispo bendice los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, consagra el crisma y los presbíteros renuevan las promesas sacerdotales. Con esta preparación de los óleos que se emplean en los sacramentos se expresa que su acción y poder brota de la Pascua de Cristo. Por su parte, con la renovación de las promesas los presbíteros recuerdan su unión a Cristo Sacerdote como colaboradores necesarios del Obispo para presidir la celebración de los sacramentos.
Históricamente, el Jueves Santo era también el día en el que se reconciliaban los penitentes que habían realizado penitencia pública durante la Cuaresma con el fin de que pudieran participar de las celebraciones pascuales. De aquella celebración no queda ninguna huella en nuestra liturgia actual.
Luis García Gutiérrez,
Director de Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia
Tiene su comienzo en la tarde del Jueves Santo con la celebración de la «Misa vespertina de la Cena del Señor» y se extiende hasta las vísperas del Domingo de Resurrección. Los días del Triduo muestran facetas –momentos– de una misma y única Pascua de Cristo. Sin embargo, los distintos avatares por los que ha pasado el año litúrgico y la necesaria pedagogía de la liturgia han desplegado su riqueza en el espacio de tres días y han desarrollado una contenida «dramatización ritual» que ayuda a visualizar los misterios centrales de la fe cristiana y a reproducir los necesarios sentimientos de adhesión al misterio que se celebra.
Aquella misma memorable Cena
En la tarde del Jueves Santo se presentan tres secuencias que, aunque distantes en el tiempo, están condensadas en la última cena del Señor con sus apóstoles. El rito de la cena pascual hebrea era memorial (recuerdo actual y actualizante) de la salvación obrada por Dios en el éxodo. Aquella cena era un anuncio –«tipo»– de la nueva instituida por Cristo precisamente en el contexto celebrativo de la antigua. Sin embargo, el episodio del cenáculo no queda cerrado en sí mismo o en referencia a un pasado salvador; se proyecta al futuro pues allí el Señor anticipa ritualmente los sucesos del Calvario. Desde esta manera, el mismo Cristo que entrega su cuerpo sacrificado por la salvación del mundo, entrega a la Iglesia la prolongación en el tiempo de este sacrificio «hasta que vuelva».
El lavatorio de los pies, históricamente no siempre realizado dentro de la Misa y a los fieles laicos, reproduce, a su modo, la misma dinámica de entrega de Jesús en la cruz: «dramatiza» su absoluto abajamiento y recuerda su «mandatum» de amor fraterno. Hay que hacer notar que, en otras liturgias, este rito tiene sentido bautismal pues representa la purificación con el agua del nuevo nacimiento.
La reserva y adoración del Santísimo ha de ser concebida especialmente desde la perspectiva sacrificial de la Eucaristía. Quien está en el sagrario es quien se entregó en la cruz y quien sigue haciéndolo en cada celebración. Por eso, en los tiempos de oración posteriores, se recomienda la meditación de los capítulos 13-17 de San Juan.
La muerte victoriosa del Señor
La entrega de Cristo a la voluntad del Padre que cumplió en toda su vida llega a su máxima expresión en la cruz alcanzando la vida nueva para todos; esto es lo que se conmemora con la impresionante «Celebración de la Pasión del Señor» cargada de emoción contenida en la tarde del Viernes Santo. Todos los ritos de este día han de ser contemplados desde la cruz y la pasión: pasión proclamada (las lecturas de la palabra de Dios que llegan a su culmen en la pasión según San Juan), pasión invocada (la solemne oración universal que manifiesta la universalidad de la salvación), pasión adorada (adoración de la Santa Cruz), pasión comulgada (Sagrada Comunión con el Cuerpo del Señor consagrado el Jueves Santo). Es el día de la cruz por excelencia; ella es el leño nuevo que, en contraposición a aquel del paraíso, es causa de salvación y derrota del mal, de modo que «donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida, y el que venció en un árbol, fuera en un árbol vencido». Los cantos que señala el Misal ofrecen una maravillosa meditación exaltando el signo e instrumento de la salvación y la pregunta desgarrada y sin respuesta que Cristo dirige a los hombres desde la cruz: «¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme».
Un gran silencio envuelve la tierra
El Sábado Santo es la celebración del tiempo detenido, del silencio y de la espera. Es el día en que la Iglesia entera contiene la respiración ante la contemplación de Cristo depositado en el sepulcro. Este silencio es roto únicamente por la celebración de la Liturgia de las Horas que muestra progresivamente el dolor de la Iglesia, el descanso del Señor, su descenso al lugar de los muertos y la espera de la victoria.
Triunfante se levanta
La celebración anual de la Pascua comienza con la «Vigilia Pascual» una vez que ha llegado la noche; no se trata del último acto del Sábado Santo, sino que es ya la celebración del Domingo de Pascua. La Iglesia entera se reúne en oración prolongada durante la noche en la espera de la resurrección del Señor, de ahí el carácter vigiliar por el que se distingue esta celebración. Su riqueza lírica, simbólica, ritual, oracional y sacramental trata de mostrar y celebrar desde las más variadas perspectivas el gran misterio de la Resurrección de Cristo presente en la vida de los hombres: la luz que vence las tinieblas de la muerte (lucernario), la unidad de toda la historia salvífica en Cristo y su misterio pascual (extensa liturgia de la palabra), la pascua del cristiano por medio del bautismo y la confirmación (liturgia bautismal) y, finalmente, la celebración de la Eucaristía, momento culminante de la Vigilia, sacramento pascual por excelencia, memorial de la muerte y resurrección del Señor, plenitud de la Iniciación Cristiana, anticipo de la Pascua eterna. La Misa del día de Pascua es continuación y prolongación diurna de los contenidos festejados en la gran noche. El Triduo Pascual y la Semana Santa están llegando su fin, se abre ahora un precioso espacio para meditar sobre la Pascua de Cristo y la Pascua de la Iglesia.
Luis García Gutiérrez,
Director de Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia
Durante la Semana Santa celebramos los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección, actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén.
¿Cuándo finaliza la Cuaresma y cuándo comienza la Semana Santa?
La Semana Santa comienza el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.
El tiempo de Cuaresma continúa hasta el Jueves Santo.
¿Cuando es el Triduo pascual?
La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la misa vespertina del Jueves Santo «en la Cena del Señor» hasta las Vísperas del domingo de Resurrección. Este período de tiempo se denomina justamente el «triduo del crucificado, sepultado y resucitado» se llama también «Triduo pascual» porque con su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir, el tránsito del Señor de este mundo al Padre.
¿Qué conmemoramos el Domingo de Ramos?
El Domingo de Ramos comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión.
Se conmemora la entrada del Señor en Jerusalén con la procesión de los ramos, que recuerda las aclamaciones y gestos que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor, cantando el fervoroso «Hosanna».
Antes de la procesión, se bendicen los ramos o palmas que los fieles llevarán en las manos.
Los ramos se conservan en casa para recordar la victoria de Cristo, que se ha celebrado con la procesión.
¿Qué significado tiene la Misa Crismal?
La Misa Crismal manifiesta la comunión entre el obispo y los sacerdotes de la diócesis, que concelebran en la Eucaristía.
Según la tradición, se celebra el Jueves Santo en la Catedral. Puede anticiparse a otro día, pero siempre cercano a la Semana Santa.
El obispo consagra el santo crisma y el nuevo óleo, que luego se envía a las parroquias y que se utiliza en la celebración de los sacramentos de la iniciación en la noche pascual.
¿Cómo se recomienda acabar la Cuaresma?
Es conveniente acabar la Cuaresma con una Celebración penitencial, como preparación para un plena participación en el misterio pascual.
Sobre el Jueves Santo
En la celebración eucarística de la tarde del Jueves Santo se evoca la Última Cena en la cual el Señor Jesús: «en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los Apóstoles para que los sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también los ofreciesen»
El lavatorio de los pies, que, según la tradición, se hace en este día a algunos hombres previamente designados, significa el servicio y el amor de Cristo, que «no ha venido para que le sirvan, sino para servir».
Una ofrenda especial del Jueves Santo pueden ser los donativos que se han reunido durante la Cuaresma como fruto de la penitencia.
El sagrario ha de estar completamente vacío al iniciarse la celebración. Se han de consagrar en esta misa las hostias necesarias para la comunión de los fieles del día siguiente.
Se prepara un capilla para la reserva del Santísimo Sacramento que invite a la oración y a la meditación. Al concluir la oración después de la comunión, comienza la procesión, presidida por la cruz en medio de cirios e incienso, en la que se lleva el Santísimo Sacramento por la iglesia hasta el lugar de la reserva. Esta capilla se prepara para conversar el pan eucarístico destinado a la comunión del Viernes de la Pasión del Señor.
Sobre el Viernes Santo
El Viernes Santo recordamos la Pasión del Señor y adoramos su Cruz.
La Iglesia, siguiendo una antiquísima tradición, en este día no celebra la Eucaristía.
Es un día de penitencia obligatorio para toda la Iglesia por medio de la abstinencia y el ayuno.
También este día se dispone en las iglesias de un lugar adecuado para colocar la Cruz, para que los fieles puedan adorarla y permanecer en oración y meditación.
Sobre el Sábado Santo
La Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, esperando, en la oración y el ayuno, su resurrección.
Este día tampoco se celebra la Eucaristía.
Sobre la Vigilia Pascual
Es la noche de vela en honor al Señor. Se conmemora la noche santa en la que el Señor resucitó. Durante la Vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor y la celebra con los sacramentos de la iniciación cristiana.
Esta Vigilia es también espera de la segunda venida del Señor.
Los símbolos de la Vigilia:
Bendición del fuego, se prepara una hoguera para la bendición del fuego nuevo, cuyo resplandor disipe las tinieblas e ilumine la noche.
Bendición del cirio pascual, que evoca que Cristo es la luz del mundo. Del mismo modo que los hijos de Israel, durante la noche eran guiados por una columna de fuego, así los cristianos siguen a Cristo resucitado.
Bendición del agua bautismal, para la aspersión de la asamblea, a fin de recordar el bautismo, ya que se renuevan las promesas bautismales.
La Conferencia Episcopal Española señala las siguientes normas sobre el «modo de observar el ayuno y la abstinencia»:
En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de Cuaresma (c. 1250).
Se retiene la práctica penitencial tradicional de los viernes del año, consistente en la abstinencia de carnes; pero puede ser sustituida, según la libre voluntad de los fieles, por cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la Santa Misa, rezo del rosario, etc.) y mortificaciones corporales.
Sin embargo, en los viernes de cuaresma debe guardarse la abstinencia de carnes, sin que pueda ser sustituida por ninguna otra práctica. El deber de la abstinencia de carnes dejará de obligar en los viernes que coincidan con una solemnidad y también si se ha obtenido la legítima dispensa.
En cuanto al ayuno, que ha de guardarse el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, consiste en no hacer sino una sola comida al día; pero no se prohíbe tomar algo de alimento a la mañana y a la noche, guardando las legítimas costumbres respecto a la cantidad y calidad de los alimentos.
La liturgia de la Misa de este domingo, después de haber conmemorado la entrada de Jesús en Jerusalén, se centra en la Pasión del Señor, ejemplo de una vida sumisa a la voluntad del Padre. La primera lectura nos presenta la profecía de Isaías sobre la pasión de Cristo, con el tercer cántico del Siervo del Señor. El salmo responsorial es el que Cristo proclamó estando en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado». Como Ev. se lee la Pasión según san Mateo; y, clavado en la cruz, lo aclamamos: «Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre», Dios del universo, Yhavé Sabaot, Kyrios, vencedor del pecado y de la muerte (2 lect.).
Jueves Santo en la Cena del Señor
La Liturgia de hoy se centra en la institución de la Eucaristía durante la Última Cena pascual de Jesús con sus Apóstoles. La primera lectura nos presenta las prescripciones sobre la cena pascual de los judíos. A partir de Cristo, el pan ázimo de esa cena será su Cuerpo entregado por nosotros: él es el Cordero sacrificado por nosotros. Y el vino de la tercera copa será su Sangre derramada para el perdón de los pecados (2 lect.). Lavando los pies a los discípulos, nos dio ejemplo de cómo debemos servirnos mutuamente en el amor. El rito del lavatorio de los pies nos lo recuerda. Con la adoración eucarística de hoy prolongamos la celebración de estos misterios.
Viernes Santo en la Pasión del Señor
Hoy tiene lugar la celebración de la Pasión del Señor. La primera lectura es una profecía de Isaías —cuarto cántico del Siervo del Señor— «traspasado por nuestras rebeliones», que se cumple en la Pasión de Cristo: «uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua» (Ev.). En la segunda lectura, de la carta a los Hebreos, se nos recuerda que Jesús experimentó la obediencia, y se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que lo obedecen. No se celebra hoy la Misa; pero, después de haber adorado a Cristo en la Cruz, en la sagrada comunión nos uniremos de manera especial al sacrificio de Cristo.
Vigilia Pascual en la Noche Santa
Durante la Cuaresma nos hemos preparado para la celebración de esta noche en la que renovaremos las promesas bautismales desde la fe en la Resurrección del Señor. Comenzaremos con la bendición del cirio pascual que significa Cristo Resucitado, desde quien brota para nosotros la luz de la fe. Y con los cirios encendidos escucharemos el pregón pascual. Después, la liturgia de la Palabra, que con las oraciones que siguen a cada lectura nos irá acercando a la plenitud de la revelación que oiremos en el Ev.: «Cristo ha resucitado como había dicho». Antes, el canto del Gloria y, de modo especial hoy, del Aleluya, que nos introducirá en la alegría pascual. Acabada la liturgia de la Palabra, se procede a la liturgia bautismal, con la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales, con los bautismos (si los hay) y la aspersión de todos con el agua bendita. Prosigue la celebración con la liturgia eucarística de la Misa, en la que Cristo Resucitado se hace presente realmente en el pan y el vino consagrados, prenda de vida eterna para quienes lo reciban.
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor
Nuestra fe en Cristo Resucitado nos viene a través de la Iglesia que a lo largo de los siglos nos transmite el testimonio de los apóstoles que vieron el sepulcro vacío y creyeron (Ev.), y comieron y bebieron con Él después de resucitar (1 lect.). El primer día de la semana es el día en que actuó el Señor (salmo resp.) resucitando de entre los muertos, y será ya para siempre el día del Señor, el domingo. En la segunda lectura san Pablo nos recuerda que hemos resucitado con Cristo, lo que ha ocurrido por la fe y el bautismo, y que, por ello, debemos buscar los bienes del cielo donde está Cristo, la Víctima propicia de la Pascua (cf. secuencia y aleluya).