
María Prado es asturiana y trabaja en una estación de servicio convencida de que ser cristiana te hace trabajar de otra manera: «Dejas poso»
¿Tú crees que ser cristiana te ayuda a trabajar de otra manera? Así, sin rodeos, se lanza la pregunta. Pue sí. También sin rodeos, devuelve María Prado la respuesta.
Aunque en realidad, a María, antes de empezar a hacerle preguntas hay que darle alguna respuesta. ¿Por qué una entrevista si su perfil –dice- es sencillo y corriente? Y es que María es una asturiana “cien por cien” que trabaja en una estación de servicio de una zona rural de tradición ganadera. “En un entorno privilegiado, un paraíso natural”, matiza.
Pero quienes la conocen saben que María representa en ese día a día “corriente, como el de los demás” a tantos cristianos a los que su fe les ayuda a trabajar de otra manera. Por eso, no es difícil convencerla. “Si puedo ayudar, es un placer, y a ver si contribuimos a mirar la sociedad de otra manera”.
Y con ese acento asturiano del que siente orgullosa relata que su día a día empieza ofreciendo todo lo que le va a pasar; lo bueno y lo malo. “Lo convierto todo en una oración” Y ese es uno de los pilares fundamentales, puntualiza.
¿Por qué es un pilar para ti empezar el día ofreciéndolo todo en una oración?
Me ayuda a ser más generosa, más fuerte y enfocar los momentos difíciles con más esperanza. Porque momentos difíciles los hay, aunque los puede haber más duros. Y esos momentos malos los enfocamos con un sentido más sobrenatural.
María habla en plural porque comporte el trabajo, y la fe, con su marido ¿Tantas horas juntos, os ayuda?
Somos un matrimonio al pie del cañón. Trabajamos todos los días. La constancia es nuestro sello de identidad. Y hacerlo juntos nos hace salir más fortalecidos. Estar más unidos. Nos hace ser más generosos con los demás, con nosotros mismos. Y eso se ve reflejado en la familia y en el trabajo.

Y ser cristiana ¿te ayuda a trabajar de otra manera?
Pues sí. El ofrecer el trabajo, el día a día, te hace enfocarlo con más esperanza, con otra ilusión. Te das cuenta de lo que haces bien y lo que haces mal, lo tienes más interiorizado.
Y cuando la mochila se llena, tengo la confesión que me permite descargar esa mochila, que a veces está muy rebosante.
¿Y cómo se refleja en el trabajo?
Repercute. No es nada instantáneo, momentáneo. Dejas poso. Dejas ver a los demás que hay algo más en ti. Pero lo ves a la larga, no es una cosa que aprecies en el día a día. No creo que sea tan palpable como la gente quiere que sea, que todo tiene que ser instantáneo y en el momento. Hay que darle su tiempo, su trabajo, su tesón y estar siempre ahí. Y bueno es duro, pero no imposible. Todo es querer, querer con los ojos de Dios.
29/04/21