
Adviento
Comentarios lecturas domingos y festivos
Comentarios lecturas domingos y festivos
Las lecturas del Evangelio tienen una característica propia: se refieren a la venida del Señor al final de los tiempos (primer domingo), a Juan Bautista (segundo y tercer domingo), a los acontecimientos que prepararon de cerca el nacimiento del Señor (cuarto domingo). Las lecturas del Antiguo Testamento son profecías sobre el Mesías y el tiempo mesiánico, tomadas principalmente del libro de Isaías. Las lecturas del Apóstol contienen exhortaciones y enseñanzas relativas a las diversas características de este tiempo.
El color de las vestiduras litúrgicas es el morado o violeta. El rosa puede emplearse el Domingo III «Gaudete» (cf. OGMR, 346d.f.). En las memorias de los santos, hasta el 16 de diciembre, puede usarse el color propio (blanco o rojo), pero a partir del 17 de diciembre, aunque se haga conmemoración de alguna memoria, debe usarse el color morado o violeta.
Lecturas de domingos y festivos en este año 2023
Durante estas cuatro semanas se recuerda la primera venida del Hijo de Dios a los hombres y se espera, a la vez, su segunda venida al final de los tiempos (elog. del Martirologio Romano).
En este tiempo de Adviento del año 2023:
Comienza a utilizarse el volumen I de la Liturgia de las Horas
En la misa dominical: volumen I-B del Leccionario
En la misa ferial: volumen II del Leccionario
Domingo I de Adviento (3 de diciembre)
LECC.: vol. I (B).
- Is 63, 16c-17. 19c; 64, 2b-7. ¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!
- Sal 79. R. Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
- 1 Cor 1, 3-9. Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
- Mc 13, 33-37. Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa
El Adviento comienza este domingo. En Isaías encontramos una gran súplica para que el Señor intervenga y traiga la salvación a un pueblo que vive en la angustia y en las tinieblas. En el Evangelio Jesús pide una actitud de vigilancia constante, pues él vendrá en la noche del mundo; y san Pablo nos recuerda que los cristianos esperamos la manifestación de Jesucristo. He aquí la gran palabra del adviento: «¡Velad!», la actitud que Jesús nos pide. Significa estar a la altura de lo que somos como hijos de Dios. Es tener los pies en la realidad, los sentidos despiertos para no caer en las idolatrías de este mundo. Significa ser conscientes de la presencia de Dios, poniendo nuestro corazón en los bienes del cielo.

Domingo II de Adviento (10 de diciembre)
LECC.: vol. I (B).
- Is 40, 1-5. 9-11. Preparadle un camino al Señor.
- Sal 84. R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
- 2 Pe 3, 8-14. Esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva.
- Mc 1, 1-8. Enderezad los senderos del Señor.
En este domingo se habla del desierto. El desierto de la primera lectura y del Evangelio no es un desierto
de arena. Es el desierto en el que se encuentra la gente, son los desiertos interiores que provocaban una situación de desierto exterior. Era el desierto de la pérdida de la fe de tantos que se preguntaban dónde estaba el Dios que otras veces se había manifestado. Era el desierto de la idolatría, pues cuando se dejaba de creer en Dios se comenzaba a poner la confianza en cualquier cosa. En este desierto el profeta Isaías y Juan el Bautista abren un camino de parte de Dios y anuncian el consuelo y la salvación.
La segunda lectura nos invita a vivir esta salvación que nos ha llegado con Jesucristo, esta sabiduría celestial, trabajando por la justicia y siendo intachables e irreprochables.

Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, solemnidad (8 de diciembre)
LECC.: vol. IV.
- Gén 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
- Sal 97. R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
- Ef 1, 3-6. 11-12. Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
- Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Este día es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Celebramos hoy que la Virgen María fue concebida sin pecado original para que así el Hijo de Dios, al hacerse hombre en su seno, encontrara una digna morada. Y fue preservada de todo pecado, en previsión de la muerte del Hijo (Co). Ella es comienzo e imagen de la Iglesia, la segunda Eva, esposa e imagen de Cristo, el nuevo Adán (Pf). En ella se cumple la profecía hecha a la serpiente en el paraíso: la estirpe de Eva «te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón» (1 Lect). Por todo esto la saludamos como la llena de gracia, con quien está el Señor.

Domingo III de Adviento "Gaudete" (17 de diciembre)
LECC.: vol. I (B).
- Is 61, 1-2a. 10-11. Desbordo de gozo en el Señor.
- Salmo: Lc 1, 46-50. 53-54. R. Me alegro con mi Dios.
- 1 Tes 5, 16-24. Que vuestro espíritu, alma y cuerpo se mantenga hasta la venida del Señor.
- Jn 1, 6-8. 19-28. En medio de vosotros hay uno que no conocéis
La alegría ante la cercana venida del Señor en la Navidad es la característica propia de este domingo. Alegría porque Dios viene en persona y nos librará de todos nuestros males. Escuchamos la voz de un profeta que anuncia la buena noticia de la salvación. Y escuchamos también la voz de su pueblo que
entona una acción de gracias por este anuncio. Es un pueblo pobre y necesitado, pero en medio de su pobreza sabe ver los signos de la salvación de Dios, y por eso se alegra. Y nosotros también lo hacemos con el Salmo responsorial. San Pablo nos da la clave de esta alegría: oración y agradecimiento para saber discernir y así mantenernos alejados de todo mal. Juan el Bautista es como el profeta Isaías de la primera lectura, pobre y humilde, para anunciar la salvación que viene de Dios a través de Jesús.

Domingo IV de Adviento (24 de diciembre)
LECC.: vol. I (B).
- 2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16. El reino de David se mantendrá siempre firme ante el Señor.
- Sal 88. R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
- Rom 16, 25-27. El misterio mantenido en secreto durante siglos eternos ha sido manifestado ahora.
- Lc 1, 26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Este domingo es el gran preludio de la Natividad. Este día nos habla del gran acontecimiento para la humanidad: Dios NACE y se hace hombre para salvarnos. Es Dios quien toma la iniciativa, y a esto respondemos cantando con el Salmo su misericordia eterna. El nacimiento de Jesús es el fruto de un encuentro único de Dios con nuestra humanidad a través de María. A Jesús solo Dios nos lo podía dar. Y así Dios se hace hombre en la humanidad más pobre para intervenir como creador, de modo que María pueda concebir un hijo sin haber conocido a ningún hombre. En María hay un vacío puro y generoso que Dios puede llenar con su presencia, de manera que la Palabra de Dios se pueda hacer carne. Por eso María es tan importante para nosotros, pues a ella podemos mirar y en ella nos podemos mirar.

TERMINA EL TIEMPO DE ADVIENTO